San Internet, ¿todo o nada?
¿El florecer de los antiguos griegos?, ¿Los gloriosos tiempos de la Biblioteca de Alejandría?, ¿La imperial Roma?, ¿El Renacimiento?, ¿Los siglos de oro españoles?, ¿La revolución industrial?, ¿El siglo de las luces? (…) Nunca, jamás, ni juntándolos todos ellos, podrían acercarse siquiera a lo que un chaval de hoy en día puede encontrar con 10 minutos de búsqueda en google y enriquecer sus conocimientos, incluso creo que en esos 10 minutos de busqueda en google, ese chamito no podría desinformarse más, ni siquiera viviendo los 2500 años que transcurrieron desde dicho florecer griego.
Pues en esa circunstancia -que diría José Ortega y Gasset, la clave sería saber digerir pa´después discernir bien, pero... bien.
En fin la santa Irreverencia de esta servidora más el dios Dionisío, se juntan en esta ocasión para presentar al maestro de maestros, un hombre tajante, docto, dinámico, fantástico, brillante, el autodidacta por antonomasía -le decían, ¡sí! Estamos hablando de Isaac Asimov, previendo el impacto del internet, apenas en su apertura.
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