Psicología de Omar Mateen, el atacante de Orlando
De tomarse unos cuantos selfies a masacrar a más de 50 personas, pareciere un trastorno esquizofrénico, pero trás el análisis hay más, existen pruebas exhaustivas de que la operación se calculó, y es que este acontecimiento desastroso da mucho de qué hablar, sobre todo cuando fue un solo tipo el responsable en la garganta del leviatan.
El estadounidense Omar Saddiqui Mateen, joven de 29 años, residente de Florida y descendiente de afganos atacante de Orlando y responsable del peor tiroteo de las últimas décadas, era un homofóbico y un violento, según contó su familia.
Apenas horas después de que los medios filtraran el nombre de Mateen, su cara inundó las redes sociales en cuestión de horas y las especulaciones dominaron las cadenas televisivas. Pese a no haber datos concretos ni confirmaciones oficiales, la versión que se instaló en los principales medios estadounidenses es que Omar Mateen podría tener un vínculo con el grupo extremista Estado Islámico (EI).
Según el canal NBC News, Mateen llamó poco antes de iniciar el tiroteo al 911, le declaró su lealtad al EI y mencionó a los atacantes del maratón de Boston en 2013, dos jóvenes de origen checheno que se radicalizaron luego de estudiar y vivir durante años en Estados Unidos.
Nacido en Nueva York y residente en la ciudad de Port St Lucie, en Florida, ubicada a poco más de 200 kilómetros de Orlando, de ascendencia afgana, Mateen trabajaba como guardia en un centro de detención de menores y no figuraba en el llamado "listado de terroristas" de Estados Unidos, aunque sí estaba en la mira del FBI junto a cientos de presuntos seguidores del grupo islamista EI.
Sin embargo, aún no hay certeza sobre si el tiroteo de Orlando tuvo motivación política, religiosa u homófoba, aunque el presidente Barack Obama sí concluyó que "fue un acto de terror y odio".
Su padre, Mir Seddique, aseguró hoy que este ataque "no tiene nada que ver con la religión" y contó a CBS que su hijo se había enojado al ver a dos hombres besarse hace sólo un par de meses en Miami.
"Estamos diciendo que pedimos perdón por el incidente. No éramos conscientes de nada de lo que él estaba haciendo. Estamos en estado de shock como el resto del país", dijo el hombre, cuyo hogar fue rápidamente allanado.
Mientras su padre no dudó en describir a su hijo como un hombre homofóbico, su ex esposa, quién habló con el diario The Washington Post bajo condición de anonimato, destacó que no era una "persona estable" y que la maltrataba.
"Me golpeaba. Venía a casa y empezaba a golpearme porque la ropa no estaba limpia o cosas así", afirmó la mujer, quien conoció al sospechoso hace ocho años en internet y decidió mudarse a Florida para casarse con él en marzo de 2009.
Al principio, "él parecía un ser humano normal" hasta que se tornó violento, agregó la mujer, quien además destacó que su marido no era muy religioso y hacía ejercicio en el gimnasio con frecuencia.
Además contó que su ex esposo no dio "nunca" señales de haberse radicalizado en un sentido religioso, poseía una pistola de bajo calibre y trabajaba como guardia en un centro de detención de menores.
El detalle reside en la psicología de la operación, y sigue la incógnita, de si se trató de un caldo de cultivo de las sepas de ISIS en un joven trastornado, o de si fue el trastorno en sí lo llevó al desborde de la situación.
Por Nathalie Astorga.
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